Es fácil sentirse como en casa en Madrid, donde los principales atractivos se encuentran a poca distancia. Madrid es una ciudad acogedora y vibrante y los madrileños de nacimiento o adopción suelen ser personas sociables a las que les encanta reunirse y conversar, lo que explica que los cafés y bares no solo sean muy numerosos, sino que siempre estén muy concurridos
La ciudad, considerablemente más pequeña que otras capitales europeas, es fácil de recorrer a pie o en la excelente red de metro y autobuses. Los taxis también son relativamente baratos.
Puede caminar desde la emblemática Puerta del Sol, el corazón de la ciudad, presidida por el magnífico edificio de la presidencia de la Comunidad Autónoma, hasta la antigua Plaza Mayor, el Palacio de la Ópera o la fuente de Cibeles, la diosa patrona de la ciudad. En ella se alza el fabuloso y antiguo edificio, que fue oficina central de correos, y ahora es la sede del Ayuntamiento de la Capital. De esa plaza parte una hermosa avenida arbolada que le conduce a la zona de los grandes museos: El Prado, Thyssen y Reina Sofía. A escasa distancia está el enorme y céntrico Parque del Retiro con su frondoso arbolado, enormes zonas cubiertas de bien cuidado césped, un par de lagos y el impresionante Palacio de Cristal, donde suelen celebrarse exposiciones.
Madrid lleva una vida doblemente ocupada. Una vez que termina el trabajo y cae la noche, muchos se dirigen hacia los innumerables bares y terrazas, a menudo hasta horas avanzadas. Algunos de ellas son deliciosas tabernas antiguas donde se sirve cerveza ligera y refrescante (las famosas cañas) almacenada en barriles roble.
El madrileño puede comenzar la noche con tapas y aperitivos, siempre en compañía, y luego pasar a una cena rematada con alguna bebida espirituosa. Las personas son accesibles y afectuosas y, sin embargo, las estadísticas sugieren que son la población de España que tiene menos sexo, y pasa menos tiempo en la cama. Simplemente deben estar demasiado ocupados socializando con amigos.
La inmigración interior o de países de todo el mundo ha jugado siempre un papel importante en la historia de Madrid, y su variada gastronomía es tributaria de la procedente de Galicia, el País Vasco o Andalucía, por no citar los numerosos restaurantes que sirven comida sudamericana, china, hindú, africana y hasta mongola.
LAS HERMOSAS MONTAÑAS DE MADRID
Las montañas de España atraen a más de medio millón de turistas extranjeros cada año. Si bien la mayoría se dirige a Sierra Nevada o los Pirineos, las montañas madrileñas de la Sierra de Guadarrama atraen a un número creciente de viajeros que aprovechan el alojamiento en un entorno maravilloso y natural para participar en actividades al aire libre o simplemente relajarse, comer bien en restaurantes rurales, y explorar la rica variedad paisajista de la provincia.
Las laderas de Guadarrama están cubiertas de densos bosques de pino escocés y roble pirenaico, y el valle de Lozoya alberga una gran colonia de buitres monjes negros, además de ser uno de los últimos bastiones del águila imperial española. Hay excelentes caminatas y los visitantes de diferentes niveles de condición física y edad encontrarán las opciones más adecuadas.
Un lugar de belleza popular que ofrece lo mejor del senderismo en Madrid es La Pedriza, un gran laberinto de granito liso y esculpido. Mientras camina en completo silencio entre las rocas, las lavandas y el brezo, observando a los buitres leonados, que sobrevuelan el campo en busca de sus presas, le costará creer que está a solo 50 km de la capital.
Otro destino favorito es el pueblo de montaña de Cercedilla (1.200 m), al que se llega por carretera o tren desde Madrid. Tiene seis senderos para caminar, claramente señalizados, de diversa dificultad y longitud. Desde Cercedilla, un tren de vía estrecha sube a Cotos en el puerto de montaña de Navacerrada. En invierno, tres pequeñas estaciones de esquí operan en esa zona
El resto del año, los excursionistas toman las rutas populares desde Navacerrada hasta el Paso de Fuenfría, o caminan hacia el Parque Natural de Peñalara, y suben por un sendero bien conservado, a la sombra de bosques de pinos y bordeando caudalosos manantiales de montaña, a la laguna, al circo, o hasta el pico de Peñalara, el punto más alto de la Sierra de Guadarrama (2,428 metros). El refugio de montaña de Zabala, una construcción extraordinaria en forma de tarta gigante, merece una visita por derecho propio.
Dos reservas de la Biosfera, la Sierra Norte y Sierra del Rincón, son parajes de montaña poco frecuentados, en los que se pueden abandonar los caminos más trillados y llegar a pueblos poco conocidos como La Hiruela. Aquí se encuentra el Hayedo de Tejeda, el más meridional de Europa.
El pueblo de Alameda, con sus pequeños restaurantes que sirven asados, entre una gran variedad de platos, es un lugar ideal para explorar el área de Guadarrama. Una ruta desde ahí lo lleva a los viejos bosques de pinos de Navafria. Desde el elegante Monasterio del Paular de piedra gris en Rascafría, otra hermosa caminata por el bosque lo lleva al paso de la Morcuera.
Los mayores atractivos históricos y arquitectónicos incluyen el castillo de Manzanares, el monasterio de El Escorial (en cuyo panteón descansan los restos de los monarcas españoles), El Valle de los Caídos (monumento a las víctimas de la Guerra Civil española que ha sido hasta hace poco la tumba del dictador Franco), el fantástico pueblo medieval de Pedraza, Toledo , Ávila, la encantadora Segovia con su magnífico acueducto romano y, por supuesto, Madrid, la capital de España.