Turismo rural en Las Alpujarras

Toda la información que necesitas para organizarte unas vacaciones de turismo rural en Alpujarras. Los mejores destinos, rincones secretos y un buscador de casas que hemos visitado y seleccionado para ti.

Encuentra tu casa rural en Alpujarras

Adultos (16+ años)
Niños (3-15 años)
Bebés (0-2 años)
Los niños deben venir con un adulto

Para aquellos que desean una sensación real de Andalucía rural, aquí hay un mundo especial por sí solo. Entre Granada y la costa mediterránea, el mundo soleado de Las Alpujarras sigue siendo un refugio vacacional genuino y asequible entre las montañas más altas de España.

Si en Rustical Travel disfrutamos de regresar a todas las áreas rurales que recogemos en nuestras guías, hay una que ha tenido siempre el mayor atractivo: las Alpujarras. En ellas se siente uno como en casa.

En el extremo sur de España, las montañas de Sierra Nevada se elevan cerca del mar. Incluso en esta latitud cálida, son tan altas que la nieve se conserva sobre sus picos durante todo el año.

Las laderas soleadas del sur de las montañas dan al mar Mediterráneo, y aquí una red de pequeños pueblos ha crecido a lo largo de los siglos, creando la región habitada conocida como Las Alpujarras.

Las Alpujarras se dividen perfectamente para ofrecer dos experiencias vacacionales muy diferentes:

La Alpujarra baja en el valle está más cerca de la "civilización", mejor conectada con Granada y la costa. El clima es más cálido, la presencia de piscinas es más habitual y la arquitectura es a menudo más moderna.

La Alpujarra Alta en las montañas es un mundo más antiguo y tranquilo, donde pequeños pueblos se extienden a lo largo de las laderas de las montañas. La temperatura es algo más fresca y su encanto es superior.

Es íntimamente rural y apartada, pero cerca de todo. Granada puede estar a menos de una hora de distancia, pero éste es otro mundo. Las aldeas generalmente están en silencio, el tiempo pasa más lentamente, las vistas se extienden a lo largo y a lo ancho, las personas se detienen a hablar, uno aprende a esperar pacientemente cuando dos coches bloquean la carretera, los conductores conversan brevemente, y usted comienza a captar el atractivo de la vida rural. No es nada glamoroso o sofisticado, solo pacífica sencillez.

Es una región notablemente amplia, conectada por pocas carreteras y con poco tráfico. Las ciudades no tienen más 5.000 habitantes, las aldeas más grandes no suelen llegar a 500, las más apartadas tienen más animales que personas. Los senderos conducen a lo largo de valles y gargantas, pasando por viejos castaños y cabañas aisladas. Verá mulas arando la ladera regadas por antiguos canales de riego, en un clima hospitalario que brinda alivio al calor del verano.

Naturalmente, puede combinar las dos Alpujarras durante la estancia de una semana: simplemente conduzca media hora hacia arriba o hacia abajo por la sinuosa pero buena carretera de montaña que unen la Baja y la Alta Alpujarra

Mientras el resto de España estaba experimentando una rápida modernización en los años 80 y 90, un remoto enclave montañoso, tan al sur que casi toca el mar Mediterráneo, se dedicaba silenciosamente a su negocio pastoral, sin prisas.

En Las Alpujarras, la gente estaba pastoreando ovejas y cabras, arreglando los curiosos techos planos de sus casas encaladas, manteniendo los canales de riego construidos en las laderas por los moros siglos atrás, asando costillas de cerdo en brasas en la calle durante las fiestas, acudiendo solemnemente a la misa dominical o tomándose el tiempo necesario para charlar con un vecino.

Lo que tiene de especial Las Alpujarras es que las tradiciones y las costumbres se conservan. Todavía hoy, cuando los niños disponen de las últimas aplicaciones informáticas e incluso las ancianas enlutadas tienen un móvil escondido bajo el refajo, los corazones y las mentes de las personas y su vínculo con el pasado no han cambiado. El puñado de extranjeros que viven entre los aldeanos pueden haber crecido para formar una comunidad de ciudadanos procedentes de todo el mundo, pero la Alpujarra los ha absorbido, los aprecia, los encuentra curiosos, pero continúa con sus viejas costumbres.

Es en el entorno de este viejo mundo, arraigado profundamente en la vida familiar, en el que uno puede experimentar las más contradictorias sensaciones. Cuando contempla las montañas, también puede ver allá abajo a un hombre labrando la tierra o cuidando sus cebollas y sus pimientos o los diversos productos hortofrutícolas que ofrece la generosa tierra alpujarreña, para que no falten en su mesa familiar.

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Intro

Para aquellos que desean una sensación real de Andalucía rural, aquí hay un mundo especial por sí solo. Entre Granada y la costa mediterránea, el mundo soleado de Las Alpujarras sigue siendo un refugio vacacional genuino y asequible entre las montañas más altas de España.

Si en Rustical Travel disfrutamos de regresar a todas las áreas rurales que recogemos en nuestras guías, hay una que ha tenido siempre el mayor atractivo: las Alpujarras. En ellas se siente uno como en casa.

En el extremo sur de España, las montañas de Sierra Nevada se elevan cerca del mar. Incluso en esta latitud cálida, son tan altas que la nieve se conserva sobre sus picos durante todo el año.

Las laderas soleadas del sur de las montañas dan al mar Mediterráneo, y aquí una red de pequeños pueblos ha crecido a lo largo de los siglos, creando la región habitada conocida como Las Alpujarras.

Las Alpujarras se dividen perfectamente para ofrecer dos experiencias vacacionales muy diferentes:

La Alpujarra baja en el valle está más cerca de la "civilización", mejor conectada con Granada y la costa. El clima es más cálido, la presencia de piscinas es más habitual y la arquitectura es a menudo más moderna.

La Alpujarra Alta en las montañas es un mundo más antiguo y tranquilo, donde pequeños pueblos se extienden a lo largo de las laderas de las montañas. La temperatura es algo más fresca y su encanto es superior.

Es íntimamente rural y apartada, pero cerca de todo. Granada puede estar a menos de una hora de distancia, pero éste es otro mundo. Las aldeas generalmente están en silencio, el tiempo pasa más lentamente, las vistas se extienden a lo largo y a lo ancho, las personas se detienen a hablar, uno aprende a esperar pacientemente cuando dos coches bloquean la carretera, los conductores conversan brevemente, y usted comienza a captar el atractivo de la vida rural. No es nada glamoroso o sofisticado, solo pacífica sencillez.

Es una región notablemente amplia, conectada por pocas carreteras y con poco tráfico. Las ciudades no tienen más 5.000 habitantes, las aldeas más grandes no suelen llegar a 500, las más apartadas tienen más animales que personas. Los senderos conducen a lo largo de valles y gargantas, pasando por viejos castaños y cabañas aisladas. Verá mulas arando la ladera regadas por antiguos canales de riego, en un clima hospitalario que brinda alivio al calor del verano.

Naturalmente, puede combinar las dos Alpujarras durante la estancia de una semana: simplemente conduzca media hora hacia arriba o hacia abajo por la sinuosa pero buena carretera de montaña que unen la Baja y la Alta Alpujarra

Mientras el resto de España estaba experimentando una rápida modernización en los años 80 y 90, un remoto enclave montañoso, tan al sur que casi toca el mar Mediterráneo, se dedicaba silenciosamente a su negocio pastoral, sin prisas.

En Las Alpujarras, la gente estaba pastoreando ovejas y cabras, arreglando los curiosos techos planos de sus casas encaladas, manteniendo los canales de riego construidos en las laderas por los moros siglos atrás, asando costillas de cerdo en brasas en la calle durante las fiestas, acudiendo solemnemente a la misa dominical o tomándose el tiempo necesario para charlar con un vecino.

Lo que tiene de especial Las Alpujarras es que las tradiciones y las costumbres se conservan. Todavía hoy, cuando los niños disponen de las últimas aplicaciones informáticas e incluso las ancianas enlutadas tienen un móvil escondido bajo el refajo, los corazones y las mentes de las personas y su vínculo con el pasado no han cambiado. El puñado de extranjeros que viven entre los aldeanos pueden haber crecido para formar una comunidad de ciudadanos procedentes de todo el mundo, pero la Alpujarra los ha absorbido, los aprecia, los encuentra curiosos, pero continúa con sus viejas costumbres.

Es en el entorno de este viejo mundo, arraigado profundamente en la vida familiar, en el que uno puede experimentar las más contradictorias sensaciones. Cuando contempla las montañas, también puede ver allá abajo a un hombre labrando la tierra o cuidando sus cebollas y sus pimientos o los diversos productos hortofrutícolas que ofrece la generosa tierra alpujarreña, para que no falten en su mesa familiar.

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Sinopsis

LA BAJA ALPUJARRA

La Baja Alpujarra se extiende por un valle de río semi-tropical desde la principal ciudad comercial de Orgiva y la cercana Lanjarón. El clima es muy cálido y propicio para relajarse en las piscinas de las villas ajardinadas.

Orgiva

Orgiva, la principal ciudad de mercado de las Alpujarras, da la impresión de ser extensa y activa en comparación con cualquier otro lugar. Tiene la virtud de tener las mejores tiendas, que incluyen un animado mercado de los jueves por la mañana y terrazas de café-bar que sirven buenos desayunos y tapas.

Es el centro neurálgico de la Alpujarra Baja y disfruta de un clima semi-tropical. Abundan en sus tierras los naranjos, los limoneros, las palmeras y los aguacates. Las casas de vacaciones se encuentran principalmente cerca de la ciudad en el fértil valle del río Gualdalfeo. El agua que se ve brotar en verano, mientras se camina por las pendientes a través de los frondosos castaños, se canaliza cuidadosamente hacia las plantaciones de tomates, melones, fresas y lechugas.

Después de un día o dos en Las Alpujarras, no se sorprenda si toda la prisa se le escapa y se encuentra adoptando ritmos más tranquilos y saludables. Es un lugar para respirar el aire puro de la montaña y beber el agua fresca de manantial que mana de las fuentes de los pueblos.

La altitud marca bien las diferencias estacionales. En la quietud del invierno, cuando en días soleados se hacen emocionantes caminatas a gran altitud, se puede observar el humo de los fuegos de leña que arde en las chimeneas. En verano se puede caminar por los senderos y solo encontrarse algún pastor con sus ovejas y sus cabras y observar el vuelo de águilas y buitres. También puede descubrirse la presencia de cabras montesas y zorros.

También tiene su historia: Los últimos moros en España resistieron en Las Alpujarras más de cien años después de que el resto del país hubiera sido reconquistado. El diseño de las viviendas con su arquitectura morisca de tejados planos se remonta a aquellos tiempos.

Las montañas del Rif en Marruecos se pueden divisar en días claros desde la alta Alpujarra.

La gastronomía local refleja el pragmatismo de la población alpujarreña: platos generosos en los que abundan los productos porcinos, como la carne y el jamón y otros embutidos.

Aunque la privacidad y la paz de su casa de vacaciones pueden ser la atracción principal, la ciudad tiene un carácter propio con sus aromas de jazmín y madreselva y el esplendor floral de las buganvillas.

 

Lanjarón

Esta pequeña ciudad balneario, mucho más tranquila que Orgiva, es mejor conocida por su agua mineral. Lanjarón es el primer lugar al que se llega después de salir de la carretera que une Granada con la costa mediterránea. El agua está por todas partes y cada habitante tienen su fuente favorita. La ciudad está construida en la ladera más baja de las montañas, donde las casas de vacaciones disfrutan de buenas vistas del valle del Guadalfeo.

 

LA ALPUJARRA ALTA

A solo 30 minutos conduciendo por la montaña todo cambia. La escarpada ladera es el escenario de casas de campo, pueblos antiguos y paseos a caballo en medio de paisajes espectaculares. La arquitectura tradicional y el confort moderno se combinan en casas con cocina en los pueblos más altos de España.

Bubión y Capileira, construidas en la espectacular Garganta de Poqueira, tienen como telón de fondo la Sierra Nevada. El cercano distrito de Tahá tiene un terreno igualmente impresionante, pero más suave, y algunas aldeas exquisitas.

Es la Alpujarra Alta la que ofrece las mejores vistas, senderos y lugares que invitan a sacar la cámara fotográfica. Hay muchas rutas a pie: las vistas y el senderismo son irresistibles. Los senderos, las pistas de mulas y las rutas del bosque son una invitación abierta para que todos tengan una idea real del lugar y disfruten de maravillosas vistas y paisajes de montaña.

 

Capileira

La bonita Capileira (población 570) corona la Garganta de Poqueira. El telón de fondo de Sierra Nevada es tan espectacular como las vistas hacia los pueblos de Bubión y Pampaneira y Sierra Lujar, la última montaña antes del Mar Mediterráneo. Las viejas calles de casas de techo plano forman un fascinante laberinto de callejones y pasajes al costado del desfiladero. Hay varios bares-restaurantes-cafeterías con terrazas y WiFi. Los senderos conducen al río y suben por el desfiladero. El camino continúa desde Capileira hasta el Parque Nacional de Sierra Nevada.

 

Bubión

Un cómodo paseo de 2 km por carretera de montaña une Bubión con Capileira. Bubión es otro bonito pueblo tranquilo, con vistas que llegan al mar Mediterráneo. Desde Bubión, los senderos conducen a Pampaneira o Capileira. Dos talleres tradicionales de tejido son de interés en Bubión: El Telar e Hilacar.

 

Pampaneira

El tercer pueblo en el desfiladero de Poqueira es otro antiguo asentamiento interesante para pasear y explorar. Es una parada popular para los autobuses turísticos ocasionales que llegan hasta la Alpujarra Alta y tiene una gran cantidad de tiendas con toda clase de productos de la región. Es el más bajo de los tres pueblos del Poqueira.

 

La Tahá de Pitres

El alto valle de La Tahá (de la antigua palabra árabe para "distrito") está a solo diez minutos del desfiladero de Poqueira, pero tiene más horas de sol y es un poco más cálido. El paisaje es menos espectacular y más suave. Hay algunas caminatas seductoras desde las pequeñas aldeas, así como restaurantes rurales que vale la pena integrar en su itinerario de la jornada.

 

GRANADA

Una de las ciudades más famosas de España y el sitio de los magníficos palacios de la Alhambra está a menos de una hora en coche desde Las Alpujarras. Hay algunos autobuses entre Las Alpujarras y Granada, pero el servicio es limitado.

 

Playas

El mar Mediterráneo es claramente visible desde las montañas de Las Alpujarras y la Costa Tropical de Granada a menudo se encuentra en la lista de las cosas para hacer cada jornada de vacaciones, que preparan los viajeros. No espere arenas doradas, pero disfrute del pescado frito en la playa y de un excelente clima. Motril tiene playas aceptables, pero la cercana Salobreña las tiene mucho mejores. En la Guía Local de Rustical Travel, les recomendamos una de las calas más escondidas cerca de Calahonda, con agua clara y un buen restaurante en la playa.

 

LO MEJOR DEL RESTO

Puerto Juviley

Interesante como un pueblo cuyo encanto proviene de su naturaleza inmutable. Cañas altas y pastos crecen a lo largo de la orilla del río. El ambiente es casi mexicano. Está a unos diez minutos de Órgiva, y se llega por el camino de Órgiva a Torvizcón.

 

Parque Nacional Sierra Nevada

Por encima de la Alpujarra baja, se eleva Sierra Lújar hacia el sur y la gran cordillera de Sierra Nevada hacia el norte. El Parque Nacional de Sierra Nevada ofrece un aspecto completamente diferente dentro de la misma área geográfica, con un clima y terreno de gran altitud, y nieve en la cima de las montañas del Mulhacén y el Veleta.

 

O Sel Lin

A veces referido de manera engañosa como un "monasterio budista", es un modesto centro budista tibetano y un retiro con fantásticas vistas. Fue inaugurado por el Dalai Lama en 1982. Puede conducir hasta allí. Desde Pampaneira, continúe unos cinco minutos hasta la gran curva, junto a la ermita del Padre Eterno, y gire a la derecha por la pista donde se anuncia la equitación. Se prefieren las visitas de la tarde.

 

Arquitectura

Una de las principales características de los pueblos de la Alpujarra Alta es su genuina arquitectura. Observe el diseño único de techo plano de las casas con sus chimeneas, una característica que se remonta a siglos atrás y que se originó con la ocupación árabe de Las Alpujarras, que importó el diseño del edificio de los bereberes en el norte de África.

 

Piscina pública

A las afueras de Pitres hay un camping con una gran piscina al aire libre, rodeada de césped, que se abre a los no campistas durante los meses de verano. También hay un restaurante.

 

Río Poqueira

El río atraviesa las charcas del desfiladero para formar lugares de baño improvisados. No son lo suficientemente anchos para nadar, pero el agua fría de la montaña aliviará el calor a los excursionistas.

 

Equitación

Apta para principiantes y jinetes experimentados, se cabalga a través de naranjos y ríos. Los establos de Dallas Love justo encima de Capileira tienen una excelente y merecida reputación.

 

Ciclismo

En Capileira se pueden alquilar buenas bicicletas de montaña de buen mantenimiento en alquiler. Puede reservar una guía de ciclismo para recorrer las rutas más interesantes.

 

FIESTAS

Alpujarra baja

En la víspera de San Juan, el 23 de junio, cuando el resto de España celebra al santo con rituales de fuego, la gente de Lanjarón se refresca en la noche calurosa con una pelea de agua sin restricciones en la que es obligatorio empaparse.

La fiesta principal de Orgiva, la feria grande, se celebra la última semana de septiembre. Implica actividades como carrozas y concursos fotográficos, disfraces, bingo y juegos para niños, y bandas de música para que la gente baile toda la noche.
A principios de año, una quincena antes de Pascua es la fiesta de Orgiva del Santísimo Cristo de la Expiración, un día de fiesta religiosa y una excusa para dejar escapar una lluvia de fuegos artificiales.

 

Alpujarra Alta

En enero, los chiscos son una ocasión en la que la fiesta de un pueblo es solo para los lugareños. Se reúnen alrededor de fogatas en las calles del vecindario para asar trozos de carne de cerdo en una fecha que tradicionalmente coincidiría con la matanza anual, o la matanza de cerdos para hacer salchichas y jamón.

El principal festival de verano en cada pueblo con bandas en vivo y baile se celebra durante un fin de semana de agosto. El primer fin de semana de noviembre, la mauraca involucra más hogueras, esta vez asando castañas y bebiendo tazas de anís.

 

GASTRONOMÍA

La cultura de las tapas es viva y saludable en las Alpujarras. En la provincia de Granada, una tapa con su cerveza o copa de vino es gratis. Incluso unas pocas aceitunas son un acompañamiento bienvenido para una bebida y mejoran cada vez que se rellena el vaso. A menudo pueden ser un sustituto generoso de una comida decente.

En la Alpujarra baja, los mejores supermercados están en Orgiva. Un gran mercado con textiles y otros productos, además de los productos alimenticios, tiene lugar en Orgiva los jueves por la mañana. La cocina local en la Alpujarra baja incluye cabra, almendras e higos de temporada. Migas es un plato de relleno a base de migas fritas. El formidable plato alpujarreño es una fritura que consiste en salchicha picante, huevo, morcilla y papa en rodajas con cebolla y pimiento verde.

Los vinos de la Alpujarra Baja, especialmente la Sierra de la Contraviesa, han ido mejorando a lo largo de los años para adquirir una respetabilidad definitiva. La proximidad de la Baja Alpujarra a la costa mediterránea facilita que excelentes pescados y mariscos se sirvan a poca distancia, en Motril, donde las mejores opciones de restaurantes están en el puerto.

Los mejores supermercados en la Alpujarra Alta están en Capileira y Pitres. Cada pequeño pueblo también tiene su propio día de mercado, cuando los vendedores venden barato y fresco directamente del camión.
La montañosa Alpujarra solía ser una de las zonas más pobres de España. Conserva una simplicidad en su gastronomía que está ampliamente compensada por abundantes raciones que no dejarán a nadie insatisfecho.
Los productos porcinos están presentes en cualquier menú. Los vegetarianos tienden a tener más dificultades, pero quedarán impresionados por las ensaladas mixtas gigantes y saborearán la sopa de almendras, una de las pocas recetas autóctonas.

Para los golosos, los soplillos son la especialidad local: merengues de almendras.

Para una zona escasamente poblada, la Alpujarra Alta está bien provista en términos de restaurantes rurales, algunos de ellas con excelentes vistas.

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